jueves, 11 de octubre de 2012

POMPAS DE JABÓN


Pompas de jabón.

 

Sueños de un trabajo luchado aportando de nosotros lo mejor en nuestra profesión, entregando en cada instante las ganas de emprender un camino con una meta triunfadora y cuando menos nos lo esperamos todas las ganas se nos van.

Despertamos y nos vemos en una cola interminable, gente de todos sitios y todas las edades con una carpeta bajo el brazo, dispuestos  a intentar conseguir un trabajo que nunca que nunca llega, el paro.

Días y días pasan con la ilusión que nuestro teléfono sonará requiriendo el servicio de nosotros, pero eso nunca llega., y los días pasan viendo como nuestras ilusiones van cayendo poco a poco.

Currículum llenos de líneas describiendo un poco de nuestro trayecto laboral  agolpados en el cajón de cada sitio en el que los dejamos.

Ni si quiera se pararon un segundo por ver que tal somos y que podemos aportar, no mereció la pena ni abrir el sobre donde lo entregamos y paso a ser un trozo de papel donde serviría para apuntar cualquier cosa o directamente pasaría a formar parte de ese montón de basura que se encuentra en una papelera.

A pesar de todo no dejamos de seguir esperando alguna llamada por poco que nos ofrezcan, pero nunca llega, ¿es que no tenemos ninguna oportunidad?

10 años desde la primera que nos sacamos la cartilla del paro, todavía no recuerdo la vez que me llamarón para una entrevista por parte de ellos, la espera se hace larga y las ilusiones eternas esperando que algún día suene ese teléfono requiriendo de nosotros.

Como pompas de jabón dura la ilusión por conseguir por lo que tanto luchamos, un trabajo que nos dé la oportunidad de tener una vida digna de nosotros y no prometan lo que nunca llegará..



Eduardo Portillo Fernández ©.

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