LA
FALSA PALABRA DE UN EMPRESARIO
Desde siempre he destacado mi palabra como hombre, como
un contrato que firmo, cada vez que la doy no es de boquilla sino de por vida.
¿Por qué no hacen lo mismo muchos empresarios con sus
trabajadores? ¿por qué nos prometen
cosas que nunca se cumplen? ¿Es que ya la palabra de una persona no tiene
valor? El compromiso al darla hay que cumplirlo a raja tabla, o pensar antes de
darla en los acontecimientos que pueden llegar.
Como en más de una ocasión, se comprometen a darnos trabajo y un buen
día, la palabra que nos dieron cambia
por completo y nos mandan a la calle. ¿Con qué cara los miramos? ,o ¿de qué
manera reaccionamos? ¿Nos tenemos que tomar la ley al pie de la letra?
Hagan algo por favor, que desde fuera todo se ve muy
bonito, y al igual que atendemos todas
nuestras obligaciones tenemos que recibir lo que nos merecemos y lo que se
habla desde el primer día de trabajo, hay que cumplirlo sin excusa alguna.
Si ve que el
negocio no va bien, hagan algo a tiempo y no dejen las cosas para última hora
ya que los mal parados siempre seamos
nosotros. Un buen día, sin mediar palabra, no se puede
dejar a toda una plantilla sin trabajo, y lo que es peor, sin lo que nos
corresponde, sin lo que nos hemos ganado demostrando nuestra profesionalidad y
nuestra lealtad hacia ellos, algo que no es recíproco. Todo por culpa de un
empresario que se llena el bolsillo
gracias a unos trabajadores humildes que no tienen la culpa de nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario