miércoles, 17 de octubre de 2012

¿PARA COMER?


 
¿Para comer?


¿Para comer?, pregunta típica que hacemos cuando vemos entrar un cliente en el establecimiento que nos encontramos trabajando. Lo curioso, es cuando nos contestan que si, pasan a comer pero solo será un picoteo.

 Son tres los comensales que acompañamos a la mesa dispuesto a ese picoteo. Sin perder de vista sus trajes, barba perfilada, maletín y por supuesto reloj que llama la atención, ¿será Rolex, Bulgari, Hublot, Armani……? un sinfín de marcas que tan solo se mueve minutero y segundero, lo demás son agujas pegadas para dar el “queo”.  Lo que no saben es que nosotros  tenemos el mismo reloj en la muñeca  y no nos remangamos la camisa para vacilar de algo que no vale más de diez euros, aunque  ellos lo luzcan como si un reloj de 10.000 euros se tratase. No hace falta saber todo eso para conocer a un cliente, simplemente oírlo hablar o ver el trato que nos da, ahí es donde los conocemos realmente, sobre todo a la hora de pedir lo que deseen.

De los tres que sentamos, solo uno es la voz de mando, el que va de grande por la vida. Cuando nos disponemos a dar la carta a cada uno, el mismo señor se hace notar y dando un salto de la mesa  solo coge una,  levantando la voz dice: ¡¡Pido yo al centro!!. Así, evita que pidan platos excesivamente caros o algo que no esté del todo a  su gusto. Ensalada, revuelto y un solomillo trinchado, es lo que anotamos en la comanda mientras sugerimos: ¿algo más señores. Vuelve a decir dicho individuo: no si acabamos de desayunar prácticamente…. Es entonces cuando nosotros entre dientes nos reímos y nos damos la vuelta, sabiendo que no tienen hambre sino que están enmallaos.

 Mientras salen los platos y no, nos alerta  y nos dice una frase muy típica: ¿no tendrá unas olivitas o un aperitivo por ahí mientras vienen los platos?. Ah!!! ¿ Si no tenían hambre no?. Ahí  no queda la cosa, cuando sale el revuelto, nos pide una ronda nueva de pan igualmente que a la salida del último plato con el que rebañan hasta el perejil que lleva el plato de decoración. ¿Picoteo o comilona base de pan y aperitivos?.

No es ahí donde queda todo, porque a la hora de pedir la cuenta preguntan el por qué se les ha cobrado 1,50 por comensal.  No era el no tener hambre sino simplemente de aparentar algo que no son, recordemos que lo que hace ante todo a una persona es la humildad,  y en esta sociedad, muchos carecen de ella.
 
 
Eduardo Portillo Fernández ©.

 

 

 




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